Este televisor es una preciosidad. Cuando lo tienes delante es mucho más atractivo que en las fotografías, pero no es solo una cara bonita. Al menos no para Xiaomi. La compañía china lo dio a conocer en pleno verano del año pasado para celebrar su primera década de existencia, y sus responsables no han ocultado en ningún momento que para ellos este televisor es una demostración palpable de su capacidad tecnológica.
Y es que este es un televisor prémium en toda regla. Lo es por su panel OLED y su acabado, pero, sobre todo, por su espectacular diseño. Y también por su precio, que es mucho más alto que el de los demás televisores de 55 pulgadas de esta marca (cuesta 49 999 yuanes, que equivalen si hacemos la conversión directa aproximadamente a 6500 euros).
Aunque Xiaomi no va a ponerlo oficialmente a la venta en Europa quien quiera hacerse con uno podrá conseguirlo sin demasiada dificultad en internet. Eso sí, no le va a salir barato porque a su elevado precio tendrá que sumar el envío y los impuestos de importación. Si quieres averiguar si merece o no la pena, y, sobre todo, qué lo hace especial, solo tienes que leer un poco más.
Xiaomi Mi TV LUX Transparent Edition: especificaciones técnicasEs espectacularmente bonito y está muy bien acabado
Nuestra primera toma de contacto en vivo con este televisor ha tenido lugar en las oficinas que la filial española de Xiaomi tiene en Madrid. No podemos ofreceros un análisis en profundidad porque no hemos podido probarlo ni durante el tiempo necesario para prepararlo ni en el espacio idóneo, pero confiamos en que este artículo os ayude a formaros una idea precisa acerca de qué nos propone realmente este televisor.
Como podéis ver en la siguiente imagen, su panel OLED no es completamente transparente, aunque es posible ver a través de él sin ninguna dificultad. LG presentó a mediados de 2019 un panel OLED con un índice de transparencia del 38%, por lo que, aunque no hemos podido confirmarlo, estamos razonablemente seguros de que la matriz de este televisor de Xiaomi tiene una transparencia muy similar.
Como podéis ver en la siguiente fotografía, los marcos que protegen los márgenes del panel son finos y están mecanizados en aluminio. Creo que Xiaomi ha acertado eligiendo este acabado para el marco porque encaja estupendamente con la semitransparencia del panel.
El marco inferior es sensiblemente más voluminoso, pero no afea la cuidada estética de este televisor. Y, además, tiene sentido que este marco sea más ancho porque ofrece la rigidez necesaria para que el panel quede anclado de una forma robusta a la peana central. Indagaremos en ella un poco más adelante.
La siguiente fotografía de detalle refleja con claridad que estamos inequívocamente ante un televisor OLED. Si no fuese así el panel no podría ser tan fino porque tendría que trabajar codo con codo con un sistema de retroiluminación LED.
Este grosor tan reducido y la transparencia del panel son los responsables en gran medida de la imponente presencia estética que tiene este televisor. Eso sí, su esbeltez tiene un precio: para manipularlo con seguridad es aconsejable agarrarlo por la base porque si ejercemos presión sobre el panel podríamos dañarlo.
La peana central es lo suficientemente sólida y voluminosa para garantizar la estabilidad del panel incluso si por accidente le damos un pequeño golpe. Su cobertura superior está acabada en una lámina de aluminio muy bien mecanizada. No obstante, esta peana no solo se responsabiliza de garantizar la estabilidad del panel; en su interior reside la electrónica del televisor, y, además, también incorpora los altavoces y los transistores de amplificación en clase D.
En la siguiente fotografía de detalle podemos ver cómo ha resuelto Xiaomi la conectividad de este televisor. Estos conectores residen en la parte posterior de la peana, y, curiosamente, al igual que otros televisores chinos, solo nos propone tres tomas HDMI, y no cuatro, que es lo habitual en un televisor de 55 pulgadas o más.
Eso sí, una de ellas, la etiquetada como 'HDMI 3', es capaz de transportar señales 2160p con una cadencia de 120 Hz, por lo que implementa la norma HDMI 2.1, aunque no hemos podido confirmar si su soporte es completo, y, por tanto, también habilita las tecnologías VRR y ALLM.
La calidad de su panel es alta, pero su transparencia acarrea puntos débiles
Para poner a prueba este televisor no dudamos en llevarnos a las oficinas de Xiaomi nuestra ya imprescindible Xbox Series X. Y, junto a ella, algunas de nuestras películas en Blu-ray 4K y Blu-ray Disc de referencia, y también algunos juegos para la consola de Microsoft.
Las siguientes fotografías están un poco oscuras intencionadamente porque nuestro propósito es que reflejen de la forma más fidedigna posible la calidad del panel, aunque ello conlleve que la habitación aparezca algo oscura.
Este televisor reproduce el color de una forma convincente y viene bien calibrado de fábrica
Este televisor reproduce el color de una forma muy convincente (según Xiaomi nos ofrece una cobertura del 93% del espacio de color DCI-P3), y tiene un nivel de saturación similar al que nos proponen los televisores OLED de LG. Además, la calibración que nos propone de fábrica está muy cuidada, aunque de haber tenido más tiempo para probarlo habría intentado sacarle más partido (otra vez será).
Curiosamente, el procesado de movimiento de Xiaomi tiene buen nivel. No iguala el rendimiento de los televisores de gama alta de Sony y Panasonic, que en mi opinión son los que mejor resuelven el movimiento, pero no está nada mal.
Y en lo que se refiere al tiempo de respuesta y los ángulos de visión es un televisor OLED de pura cepa. Su respuesta de 1 ms le ayuda a mantener el desenfoque de movimiento bajo control en cualquier circunstancia, y la percepción del color no se degrada aunque miremos el panel desde un ángulo muy escorado.
Su calidad de imagen global me parece notable, lo que demuestra que el procesado de imagen que han puesto a punto los ingenieros de Xiaomi es muy solvente. Sin embargo, en mi opinión este televisor tiene dos puntos débiles que lo hacen poco aconsejable para los cinéfilos que persiguen la mayor capacidad de inmersión en el contenido audiovisual, y también para los que no están dispuestos a renunciar a una imagen sobresaliente.
Ahí van dos pegas que no debemos pasar por alto: es muy sensible a los reflejos y podemos ver tenuemente a través de él durante la reproducción
Ambos defectos los podéis observar en la mayor parte de las fotografías que ilustran este artículo, y están en gran medida provocados por la transparencia del panel. El primero de ellos es que es muy sensible a los reflejos, que están presentes incluso cuando la luz ambiental escasea.
Y el segundo consiste en que el panel permite ver tenuemente a través de él incluso cuando está restituyendo imágenes. Este efecto en mi opinión distrae y merma el nivel de detalle subjetivo, por lo que la inmersión en el contenido que estamos reproduciendo se ve afectada negativamente. Es el precio a pagar por tener un panel tan resultón.
Se siente cómodo con los juegos y no suena pero que nada mal
Mis sensaciones durante los minutos que pude utilizar este televisor con juegos fueron satisfactorias. No puedo ofreceros una cifra de latencia precisa, pero estoy bastante seguro de que es algo más lento que los televisores de algunos de sus competidores (los mejores en este ámbito coquetean con una latencia que se mueve en la órbita de los 15 ms, o, incluso, menos). Aun así, su latencia es lo suficientemente baja para no representar un problema.
Los televisores OLED tienen a su favor con los juegos su bajísimo tiempo de respuesta, que se mueve en todos ellos en la órbita de 1 ms, por lo que el desenfoque de movimiento es inapreciable. El juego que podéis ver en la siguiente fotografía es 'Ori and the Will of the Wisps', una pequeña maravilla que merece la pena probar si tienes una Xbox One, o, mejor aún, una Xbox Series X o S.
En lo que se refiere al sonido este televisor cumple. Su calidad de audio no emociona porque los graves no tienen una pegada reseñable y su capacidad dinámica es limitada, pero consigue alcanzar un nivel de presión sonora importante sin que la distorsión se desmande. Otro punto a su favor es que la escena sonora que generan sus cuatro altavoces es amplia. Aun así, yo lo acompañaría con una buena barra de sonido, o, mejor todavía, con un equipo de audio multicanal dedicado.
Es una preciosidad, sí, pero no es una tele para todos los públicos
Si nos ceñimos a su diseño este televisor es irresistible. Como he mencionado en las primeras líneas del artículo, cuando lo tienes delante te das cuenta de que es mucho más bonito que en las fotos. Y este es un punto muy claro a su favor. Además, como hemos visto, está impecablemente acabado, y su calidad de imagen global es alta. Incluso su sonido es razonablemente convincente, aunque es una buena idea mejorarlo con un barra de sonido o un equipo multicanal dedicado.
Este televisor es una opción interesante para quien da una importancia enorme al diseño y la sofisticación
Sus puntos débiles más claros son los dos que he mencionado unos párrafos más arriba: los reflejos y su semitransparencia cuando reproducimos contenidos. Si ponemos en una balanza lo que nos da y lo que nos quita creo que la conclusión más razonable a la que podemos llegar es que este televisor es una opción interesante para quien da una importancia enorme al diseño y la sofisticación, pero no se lo recomendaría a quien, ante todo, prioriza la calidad de imagen y la inmersión en los contenidos.
Eso sí, lo que no podemos negar a Xiaomi es el mérito que tiene arriesgar como lo ha hecho con este televisor en un mercado que tradicionalmente peca de un conservadurismo excesivo.
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