Te explicamos qué debes tener en cuenta al pasarte a Linux y elegir la mejor distro. No todas son iguales y por supuesto no todas son recomendables para dar tus primeros pasos en este sistema operativo. Las hay más complejas y más simples, parecidas a Windows o a macOS. Estas son todas las claves para acertar.
Linux es un sistema operativo que da mucho miedo a los usuarios que nunca lo han probado, aunque no deja de ser un SO que depende en buena medida de la distribución que utilices. Al ser altamente personalizable, puedes usar una versión ideal para principiantes o una mucho más avanzada.
Elegir la mejor distro de Linux para empezar no siempre es fácil, pero de tu acierto depende que termines amando este sistema operativo u odiándolo. Muchos empezaron con una distribución sin centro de software y acabaron dejándolo ante la dificultad de instalar cualquier cosa.
Hoy vamos a darte algunos consejos y claves para que puedas dar tus primeros pasos en Linux sin complicarte demasiado, con una distro fácil de usar y que se ajuste a tus necesidades.
Si tienes dudas, siempre puedes utilizar un arranque dual con Windows y Linux o instalar el SO en un pendrive para usarlo de forma portable, así no te quedarás atrapado en una versión que no te resulta demasiado sencilla.
Eso sí, prepárate para tomar algunas notas sobre qué distro de Linux para principiantes te conviene y por qué motivos, así podrás ir descartando las que no se ajusten como anillo al dedo a tus necesidades.
Linux es más ligero que Windows, sobre todo ciertas distribuciones
¿Sabes lo que es una distro ligera de Linux? Básicamente se trata de versiones del sistema que necesitan muchos menos recursos para funcionar. Con un procesador modesto y 2 o 4 GB de memoria RAM tendrías suficiente para que la experiencia de usuario sea fluida.
Si tu ordenador es viejo o poco potente, lo ideal es que optes por una de estas distribuciones. No son peores que las demás, ya que sólo prescinden de algunos programas y tienen una interfaz más sencilla.
Destacan especialmente Linux Lite, Ubuntu Mate, Xubuntu o Lubuntu. Todas ellas sirven para cualquier cosa y en algunos casos incluso tienen una interfaz parecida a Windows.
No obstante, si por ejemplo tienes un ordenador gaming o una estación de trabajo, te conviene más apostar por Ubuntu, Linux Mint, Fedora o cualquier distribución más avanzada.
La instalación de aplicaciones: mejor una distribución que lo haga fácil
Más allá del consumo de recursos o la interfaz, hay una barrera de entrada a Linux que para muchos es insalvable: la instalación de aplicaciones. No en todas las distribuciones se hace igual, y esto puede sonar a chino para muchos usuarios.
Lo ideal, desde nuestro punto de vista, es que empieces o bien con Ubuntu -o algunos de sus sabores- o con una distro basada en Ubuntu, como puede ser Linux Mint.
El motivo es que todas cuentan con un centro de software desde el que puedes instalar aplicaciones fácilmente con un par de clicks. En el peor de los casos tendrás que descargar de Internet un archivo .deb, un instalador. Funcionan exactamente igual que los .exe de Windows, con doble click, así que no te resultará complicado acostumbrarte.
Entorno de escritorio: dime de dónde vienes y te diré qué necesitas
Ahora pasamos a otro aspecto: ya sabes que quieres una distribución en la que puedas instalar programas fácilmente y que además consuma pocos o muchos recursos, pero ¿qué pasa si vienes de macOS? ¿Y si te gustaba Windows XP?
En ese caso, debes seleccionar el entorno de escritorio que prefieras. Es la interfaz, ni más ni menos, la distribución de los elementos, botones y menús por la pantalla.
Ubuntu o Linux Mint, por poner dos ejemplos, son distros que puedas descargar e instalar con varios entornos de escritorio: Ubuntu Mate, Ubuntu con XFCE, Linux Mint con Cinnamon, Linux Mint con Mate y más.
Es un filtro importante porque dichos escritorios harán que se parezcan más o menos a Windows, más o menos a macOS.
En este último caso, si amas el aspecto de los Mac de Apple, lo ideal es que te decantes por Elementary OS. Si le tienes mucho apego a Windows, pásate a Linux Mint Cinnamon.
Drivers: el talón de Aquiles de Linux
¿Qué ordenador tienes? ¿Qué componentes equipa? La historia a la hora de decidir qué distro de Linux es mejor para empezar varía según si tienes una tarjeta gráfica dedicada o no, de si usas un monitor externo o no.
El problema suele venir con algunos componentes de fabricantes como Nvidia o Intel, y se debe a la falta de drivers para Linux en ciertos componentes, particularmente en tarjetas gráficas gaming.
Por eso, es importante que compruebes en la web de dicho fabricante si hay drivers disponibles para Linux. A veces resulta que los hay, pero sólo para Ubuntu o distros basadas en él, así que no te quedará más remedio que ceñirte a esta versión del SO.
Vía: ComputerHOY
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