Algunas aplicaciones necesitan conocer la ubicación específica del ordenador para funcionar correctamente. Esto sucede, por ejemplo, con los recordatorios personalizados en función de la localización o con la herramienta para encontrar el dispositivo. Es por esto por lo que Windows 10 cuenta con un servicio de ubicación, que es el que permite a los programas saber el lugar aproximado en el que se encuentra un PC.

Para determinar la localización de un equipo, el servicio de ubicación de Microsoft utiliza una combinación del sistema de posicionamiento global (GPS), los puntos de acceso inalámbrico cercanos, las torres de telefonía móvil y tu dirección IP. Con toda esta información, Windows 10 establece dónde está tu PC y envía la información a Microsoft.

Si no quieres mandar la localización de tu equipo a los de Redmond, tienes la posibilidad de desactivar la ubicación en Windows 10. Se trata de un proceso muy sencillo y estos son los pasos que tienes que seguir:

  • Haz clic en el botón de Inicio y luego pulsa en el icono con forma de engranaje para acceder al apartado de configuración. 
  • A continuación, pulsa en Privacidad y luego en Ubicación, una opción situada en el menú de la columna de la izquierda bajo el epígrafe Permisos de la aplicación.
  • Ahora, presiona el botón Cambiar del apartado Permitir el acceso a la ubicación en este dispositivo, y desliza el control deslizable para que la casilla indique Desactivado.
Ubicación en Windows 10

Si lo prefieres, en lugar de desactivar la localización por completo, Windows 10 te permite restringir el acceso a tu ubicación precisa a un grupo de aplicaciones. Para ello, sigue estos pasos:

  • Dirígete a Configuración > Privacidad > Ubicación. 
  • Asegúrate de que están activados los servicio de ubicación, tanto el permiso general como el permiso a las aplicaciones.
  • Haz scroll hasta el epígrafe Elige que aplicaciones pueden acceder a tu ubicación precisa y desmarca la casilla de la aplicación a la que no quieres facilitar tu localización.