Billy Markus, cocreador de Dogecoin, reconocía recientemente que en 2015, dos años después de crear la criptomoneda, vendió todos sus valores para comprarse un Honda Civic. Unos 10.000 dólares que en la época parecían toda una fortuna para lo que al final no dejaba de ser un meme, pero una decisión financiera catastrófica teniendo en cuenta que por aquel entonces la moneda era prácticamente desconocida y actualmente su cotización supera a empresas como Nintendo, el banco Santander o la propia Honda.
Ni siquiera los creadores de Dogecoin pudieron anticipar el boom que ha experimentado la criptomoneda. Basada en el Litecoin, su principal característica es el carisma. El que parece tener Doge, un perro Shiba Inu que ha recibido el apoyo público de celebridades como Elon Musk y ha sido catalogada como "la criptomoneda del pueblo". Ahora, otras criptomonedas quieren repetir la fórmula del Dogecoin. Son las denominadas como memecoins. Y conllevan múltiples riesgos.
Shiba y Coshi: los 'Doge killers'
Shiba Inu (SHIB) es una criptomoneda que puede adquirirse en las plataformas Uniswap y 1Inch. También se puede conseguir el token en su propia plataforma descentralizada ShibaSwap. Se trata de una nueva criptomoneda que durante la última semana creció un 1600% y durante el último mes lo ha hecho en casi un 27.000%, según datos de Coinbase. Números de locura que ejemplifican la velocidad con la que estos activos se revalorizan y aparentemente son un valor con una gran rentabilidad.
Shiba Inu está inspirada en Dogecoin, extrae su nombre de la misma raza de perro y de hecho se presenta como la "Dogecoin Killer". Una memecoin para derrotar a otra memecoin.
Si el Dogecoin utilizó la imagen del perro en referencia al meme, ahora se da un paso más y se opta por repetir la imagen del Shiba Inu. Una vuelta de tuerca al meme que muestra que el recorrido de estas criptomonedas está siendo suficiente largo como para que se generen comunidades alternativas.
"Los precios de SHIB durante el fin de semana muestran claramente que la industria de las criptomonedas aún tiene margen para nuevas memecoins con temas caninos", explica Rick Delaney, analista de OKEx Insights.
Esta semana la plataforma Binance también ha iniciado el proceso para poder comprar y vender Shiba. Así es como definen la nueva criptomoneda:
"SHIBA INU (SHIB) es un experimento en la construcción de comunidades descentralizadas y otra moneda meme similar a Dogecoin. SHIB es el token nativo de SHIBA INU y será el primer token que se incluirá en la lista y se usará como incentivo para usar ShibaSwap, un intercambio descentralizado"
Además de Shiba también han aparecido otras memecoins como Coshi Inu (COSHI), Akita Inu (AKITA) o Dogelon Mars (ELON), todas ellas con un meme o referencia detrás para intentar atraer la atención.
Entre las advertencias de Binance estaba que el top 1 disponía del 50,5% de los valores de Shiba, mientras que los top 2 y 5 tenían un 7 y 3% respectivamente. Este aviso y la alerta de volatilidad ha acabado siendo profético, pues esta misma semana se descubría quién era la persona detrás de la mitad de los valores de Shiba.
Basada en Ethereum y con sus propios 'influencers'
Si Dogecoin tenía a Elon Musk como principal impulsor, Shiba tenía en la figura del inversor Charles Xue Biqun uno de sus defensores. Y si Twitter es la vía de Musk para promocionar Doge, Weibo es la red por excelencia de los defensores de Shiba Inu.
Con más de 11 millones de seguidores, el 'influencer' chino era una de las figuras más relevantes para entender el fenómeno de Shiba Inu. Sin embargo, finalmente ha acabado mostrándose que este inversor no era la "ballena" oculta en Shiba. Un término utilizado para denominar a aquellos inversores que disponen de una gran cantidad de acciones y pueden alterar el valor de la criptomoneda con sus decisiones y/o ventas.
A medida que Shiba iba creciendo en popularidad y su valor iba disparándose, más personas se animaron a entrar. Esta locura por Shiba provocó que la 'gas fee' alcanzara valores muy altos, ya que a diferencia de Dogecoin, Shiba está basada en Ethereum.
Tras la escalada de precios, Vitalik Buterin, fundador de Ethereum, ha liquidado sus pertenencias de Shiba Inu, con una billetera de unos 4 millones de dólares. Haciendo que el valor de SHIB caiga más de un 30% en solo 24 horas. Según describe Criptonoticias, los creadores de Shiba regalaron estos tokens valorados en unos 105 millones de dólares a Vitalik como acto simbólico.
En un movimiento sorpresa, el creador de Ethereum ha liquidado el 50% de los tokens de Shiba.
El movimiento ha sacudido a los inversores. Se desconoce la relación que puede tener Vitalik con Shiba, pero resulta que disponía de la cartera con el 50% del suministro total. Esta operación de liquidación conllevó unas comisiones enormes, de más de 100.000 dólares, pero previsiblemente el fundador de Ethereum habría realizado esta venta para descentralizar la posesión de estos tokens y aligerar la presión sobre las tasas de gas.
Vitalik decidió donar sus tokens SHIB a la 'India Covid-Crypto Relief Fund', pasando también la influencia china a la India y relacionando Shiba con la acción humanitaria. El creador de Ethereum realizó un movimiento similar con los tokens AKITA, provocando una caída generalizada del valor de los memecoins.
La acción de Vitalik ha puesto de manifiesto los peligros de estos memecoins y como pueden pasar de ofrecer rentabilidades enormes a importantes caídas de la noche a la mañana. El proyecto de Shiba Inu sigue con su propuesta inicial pero el "susto" de Vitalik habría hecho repensar su posición a muchos inversores.
En las últimas 24 horas, el valor de Shiba Inu ha descendido un 35%, el de Coshi Inu un 49%, el de Dogelon Mars un 61% y el Akita Inu un 45%.
Las "criptomonedas del pueblo" siguen en manos de unos pocos
Mark Cuban, propietario de los Dallas Mavericks e inversor, explicaba que Dogecoin podía alcanzar el dólar y convertirse en una stablecoin, en referencia a aquellas criptomonedas que no ofrecen una volatilidad tan alta y tienen más sentido para ser utilizadas a la hora de comprar o adquirir bienes.
Llama la atención la diferencia de criterios a la hora de apostar por una u otra criptomoneda. A principios de semana Elon Musk explicaba que un satélite, DOGE-1, sería financiado y pagado con Dogecoins. Una forma de representar que estas memecoins también podían ser utilizadas para proyectos prácticos. Un entusiasmo que contrasta con la decisión de dejar de aceptar Bitcoin en Tesla.
La "criptomoneda del pueblo", tal y como la definió Musk, transmite la idea que los propios inversores tienen la capacidad de influir en su precio. A más se hable de ella, más valor puede alcanzar. Sin embargo, la existencia de estas "ballenas" sigue presente. También en unas memecoins donde el valor está tan relacionado con la opinión pública. Y aquí, es difícil que un pequeño inversor tenga mucho poder de influencia.
Vía │Xataka
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