El ser humano lleva ya más de medio siglo intentando explotar más allá de la Tierra, lanzando al espacio naves tripuladas. Todo el material que se utiliza para ello (así como partes de otras naves y/o satélites) puede acabar orbitando alrededor de nuestro planeta, e incluso es común que de vez en cuando se produzcan explosiones. Esto podría tener algunas consecuencias importantes, y aquí te las contamos.
Estoy seguro de que has visto alguna vez uno de estos lanzamientos, donde la nave en cuestión sale propulsada por una enorme columna de fuego hasta que gana kilómetros de altitud. Este proceso eleva una gran cantidad de materiales en dirección al espacio, y estos se van desprendiendo poco a poco de la nave, que es donde está la tripulación. Algunos de ellos llegan a salir del planeta, y cuando se desprenden cabe la posibilidad de que se queden orbitando años alrededor de la Tierra, aunque esto no es lo único que ocurre.
El peligro de la basura espacial
Como decimos, es bastante común que algunas partes como motores o piezas sueltas de naves queden suspendidas en el espacio que rodea a la Tierra. Lo normal en este caso es que estas piezas acaben cayendo en algún lugar de nuestro planeta, algo que, aunque se intenta evitar para que no se produzcan daños, en ocasiones es inevitable. El ejemplo más reciente de este tipo de sucesos lo pudimos ver hace tan solo unos días, cuando varios fragmentos de lo que parece un cohete chino cayeron sobre una zona rural de la India.
Estos fragmentos a los que nos referimos son de todo menos pequeños. Estamos hablando de unas esferas de metal hueco de unos 50 centímetros de diámetro y 5 kg de masa. Por suerte, ninguno de estos materiales «aterrizó» cerca de una vivienda, por lo que no se tuvo que lamentar ninguna víctima.
Pero, ¿qué ocurre con lo que se queda orbitando alrededor de la Tierra? Es común que piezas de todo tipo se queden «flotando» en el espacio, sin rumbo fijo. Estas normalmente no suelen albergar demasiado peligro, pero puede ocurrir que algunas de ellas terminen por explotar. Eso es lo que le ocurrió a un motor ruso que había estado orbitando 10 años, y que explotó por razones que se desconocen. Al hacerlo, se liberó una nube de escombros que salió expulsada, algo que agrava el gran problema de la basura espacial y que incide en lo que se conoce como efecto Kessler.
¿Qué es el efecto Kessler?
El efecto Kessler fue teorizado por Donald J. Kessler, un experto en desechos espaciales de la NASA. Según Kessler, la basura espacial es y será un grave problema en el futuro, ya que el choque de esta entre sí siempre genera más cantidad de basura espacial. Al haber una mayor cantidad de esta, la probabilidad de que la basura espacial acabe colisionando con alguno de los satélites que hay en el espacio aumenta, pudiendo acabar incluso con la destrucción de alguno de ellos.
El principal problema de esto es que es imposible que se solucione de manera natural sin que el ser humano haga algo para remediarlo. Es cierto que los motores que se utilizan en los lanzamientos de hoy en día están diseñados para que esto no ocurra, pero actualmente tenemos varios de ellos similares al ruso que ha explotado en el espacio (ya habrían explotado 54 con anterioridad). La Red de Vigilancia Espacial está rastreando continuamente cualquier elemento que pueda colisionar con algún satélite o nave, y, además, ya hay planes para empezar a neutralizar basura espacial como el láser del Teide.
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