Los coches eléctricos, a batería, y los de hidrógeno son para muchos la solución perfecta mirando el futuro, ya que garantizan el traslado compaginado con la protección del medio ambiente. Pero todavía ambos deben solucionar los desafíos que tienen ante sí, como la cantidad de unidades disponibles y los costes implicados en la producción. De todos modos, es verdad que en estos últimpos tiempos no es todo como nos lo cuentan.
Los coches eléctricos no se asemejan a la realidad…
Son diversas las razones por la que los coches eléctricos tienen una amplia aceptación en el mercado, pero hay otros como los de hidrógeno que empiezan a aparecer como una opción más ecológica, así que en la medida que aumenten las empresas interesadas en su fabricación y la tecnología sea accesible, estos proliferarán y contribuirán a equilibrar las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que se conoce como neutralidad climática.
Así, las ciudades se van acostumbrando, poco a poco, a ver vehículos eléctricos circulando por sus calles. Una presencia sobre la que ya existen algunos falsos mitos y que te serán más que interesantes, tanto si estás pensando en acudir al mercado de los modelos más nuevos, como si vas a mirar las ofertas de coches de segunda mano.
Una presencia que se hace cada vez más necesaria y urgente por la creciente contaminación en gran parte de las mayores urbes del mundo. Pero también es verdad que a lo largo del tiempo han surgido una serie de cuestiones que, ciertamente, no se relacionan o asemejan con la realidad este tipo de coches.
Qué hay de verdad con ellos
Para desplazamientos cortos e incluso para medianos, los actuales modelos con autonomía para más de 600 kms, han alcanzado el punto de inflexión necesario y van camino de convertirse en los utilitarios de un presente que se va llenando poco a poco de puntos de recarga y subvenciones o ayudas.
El principal argumento que tienen los defensores de los coches eléctricos está en que en su uso no emiten gases contaminantes, aspecto que sí es relevante en los de combustión, los cuales liberan entre otras cosas óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono, compuestos de plomo e hidrocarburo. Pero esto tiene una serie de realidades que no solo se quedan en las cosas positivas, más si hablamos de la contaminación.
Su fabricación es muy contaminante
Ahora bien, aunque tienen sus ventajas, también hay que analizar otros elementos relacionados con los coches eléctricos. Un aspecto destacado es que su fabricación es muy contaminante y que al llegar al concesionario han producido hasta 70% más de emisiones que uno de combustión, ya que se utilizan materiales como el aluminio, según se desprende de un estudio publicado por la compañía Volvo.
De hecho, según los mismos estudios, el eléctrico es un 24% (de media) más pesado que su homólogo convencional, donde las emisiones totales de partículas en suspensión de los vehículos eléctricos son iguales a las de los vehículos de motor de combustión modernos. Al tener más peso, consideran que el desgaste de los neumáticos, el desgaste de los frenos, el desgaste de la superficie de la carretera y la resuspensión del polvo de la carretera es mayor.
No hay marca que no esté enredada en producir eléctricos y, es verdad que estos vehículos no tienen tubo de escape por que salen partículas Sox, Nox, CO2 y otras toxicidades, pero afirmar que un coche eléctrico no tiene emisiones y es amigable con el medio ambiente, es algo más que una de las mentiras que nos pueden llegar a infundir.
Las baterías lo pasan muy mal cuando hace frío
Las baterías de los coches eléctricos tienen un serio problema de sobrecalentamiento y enfriamiento que los fabricantes han solucionado climatizándolas.
El problema llega al hacer uso del coche eléctrico con temperaturas exteriores gélidas, pues entonces la autonomía del coche baja de forma alarmante. De hecho, la autonomía de un coche eléctrico en una mañana de invierno puede verse reducida hasta un 20% respecto a la cifra homologada por el fabricante.
Su seguridad está fuera de toda duda
En alguna ocasión habremos escuchado eso de que este tipo de coches no son seguros, y esto es otro falso mito. Porque la única verdad es que la presión de los gobiernos a los fabricantes ha hecho que las medidas de seguridad de los coches eléctricos sean totalmente fiables.
Así que tranquilo, nunca morirás electrocutado al recargar tu coche eléctrico. Las baterías de estos coches son de litio, un material que no contiene nada explosivo en su interior. El litio es inflamable, al igual que la gasolina, pero la gran diferencia entre ambos es que no produce vapores extremadamente inflamables.
¿Son más caros?
«El mayor obstáculo para los consumidores, sobre todo en España, es el coste, pero esto no es más que una verdad a medias», afirman los fabricantes de baterías de PowerDot. Sí, es cierto que el desembolso inicial puede ser mucho mayor que si se opta por comprar un coche de combustión, pero es importante recordar que no siempre es así: si puedes optar al Plan Moves III tendrás una subvención de hasta 7.000 euros.
Todos los informes coinciden en que el precio de los coches eléctricos irá equiparándose a los de gasolina y diésel. Es más, un informe reciente de la OCU señala que el precio medio de los coches ha aumentado un 35% en los últimos cinco años, mientras que los eléctricos han bajado de precio casi un 20%.
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